Autoras

Karla Galvão es cofundadora y directora de marketing (CMO) de Key2enable Assistive Technology. Lidera varios de los proyectos internacionales de la empresa, incluida su expansión a través de diferentes países y el equipo de marketing de Key2enable.

Jana Moral actúa como enlace de Key2enable en el sector educativo español, adaptando la solución al contexto local y la cultura educativa del país.

Extracto
La visión de Cataluña sobre la educación inclusiva se está materializando en aulas reales. A través de los Literacy Labs (Laboratorios de Alfabetización) —una innovación pilotada con mSchools y Mobile World Capital Barcelona—, Key2enable fusiona tecnología asistiva, metodología pedagógica y datos para empoderar a cada estudiante.

Avance
La educación inclusiva en Cataluña está fuertemente enraizada en las políticas públicas, que persiguen desde hace tiempo un propósito claro. Hoy, esos principios se están convirtiendo en práctica cotidiana gracias a un proyecto pionero que une tecnología accesible, formación docente y aprendizaje basado en la evidencia, transformando el compromiso en resultados medibles.

Introducción

Cataluña ha articulado durante mucho tiempo un sistema educativo donde cada estudiante pertenece y aprende en conjunto. Esa promesa está pasando ahora de la política a la práctica a través de una colaboración in situ que combina innovación, inclusión y tecnología de apoyo. Key2enable —una empresa de tecnología asistiva reconocida por más de 40 premios internacionales— ganó el mSchools Lab Challenge 2025, respaldado por Mobile World Capital Barcelona, para lanzar su concepto de Literacy Lab en cuatro centros públicos catalanes como parte de un piloto inicial.

El piloto da vida a los marcos políticos inclusivos de Cataluña —la Llei 12/2009 (LEC) y el Decret 150/2017—, que afirman la equidad, la personalización y la inclusión sistémica, exigiendo a los centros educativos que adapten metodologías, recursos y entornos a las diversas necesidades. El Literacy Lab es un vehículo práctico para el cumplimiento de ese mandato, traduciendo la visión en rutinas, herramientas y resultados que son relevantes para los estudiantes, los docentes y las familias.

El Literacy Lab: qué es y por qué es importante
En esencia, el Literacy Lab es un entorno de aprendizaje holístico diseñado para empoderar a los estudiantes con diversidad funcional a través de tecnología accesible y pedagogía inclusiva. Cada Laboratorio integra Expressia (una plataforma de aprendizaje web adaptativa) y Key-X (un teclado alternativo que facilita el acceso a estudiantes con dificultades motoras y físicas) para fomentar el aprendizaje independiente, la participación en el aula y el desarrollo de habilidades en aquellos alumnos que a menudo encuentran barreras en entornos ordinarios.

A nivel pedagógico, el Laboratorio se fundamenta en marcos bien establecidos y basados en la evidencia: el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), los Principios de Educación Inclusiva de la UNESCO y CASEL para el aprendizaje socioemocional. En conjunto, estos marcos aseguran que cada estudiante —independientemente de su perfil cognitivo, físico o sensorial— pueda acceder, participar y expresar el conocimiento de manera significativa. La metodología combina tecnología adaptativa, aprendizaje personalizado y enseñanza centrada en el ser humano para fortalecer el crecimiento académico, la autonomía y la inclusión social.

Cada sesión de 45 minutos combina itinerarios personalizados en alfabetización y cálculo, narración gamificada, desarrollo socioemocional estructurado y acceso total a dispositivos de apoyo como Key-X (y otros dispositivos como el sensor de cabeza/ocular Colibrí si las dificultades de los alumnos son más severas). Los paneles de control integrados en la plataforma siguen el progreso en tiempo real, permitiendo intervenciones oportunas y la mejora continuada. El resultado no es una intervención puntual, sino un ecosistema vivo que conecta aulas, hogares y comunidades.

De la visión a la realidad de las aulas catalanas
El piloto de Cataluña está concebido como un ejemplo vivo de cómo la política puede convertirse en práctica, de cómo los ideales pueden aterrizarse en medidas concretas y funcionales. Al alinear las rutinas y los recursos del Laboratorio con la Llei 12/2009 y el Decret 150/2017, los centros participantes operan la inclusión sistémica: la agrupación flexible, las tareas diferenciadas, la instrucción basada en datos y los apoyos de acceso universal se integran en los horarios semanales, en los ritmos estudiantiles y en el flujo de trabajo del profesorado.

La colaboración con mSchools y Mobile World Capital Barcelona proporciona un motor de innovación y una plataforma de visibilidad, ayudando al piloto a conectar las prioridades locales con las mejores prácticas globales en tecnología educativa inclusiva. Al finalizar esta fase inicial, el proyecto tiene como objetivo documentar un modelo replicable que otros centros catalanes puedan adoptar con el apoyo de formación docente y adaptaciones ligeras de espacio.

El reto al que damos respuesta
A pesar de décadas de progreso, los estudiantes con diversidad funcional continúan enfrentándose a barreras sistémicas en la educación primaria y secundaria: principalmente la inaccesibilidad del currículo, las tecnologías adaptativas limitadas y el apoyo pedagógico desigual. Las aulas convencionales a menudo no pueden flexibilizarse ante distintas necesidades motoras, cognitivas o de aprendizaje, lo que conduce a la desconexión, un bajo nivel de desarrollo competencial (especialmente en lengua y matemáticas) y el aislamiento social. Familias y educadores a menudo se quedan sin vías probadas para una inclusión significativa.

El Laboratorio de Alfabetización responde a este desafío al ofrecer un entorno estructurado pero flexible, donde el desarrollo académico y socioemocional avanzan de la mano. El profesorado obtiene herramientas prácticas e información en tiempo real para personalizar el apoyo; los estudiantes experimentan seguridad, estructura y un camino claro para participar, tener éxito y lograr ser más independientes.

(Figura 2 – Fuente: Key2enable. Alumnos usando los dispositivos en una escuela de EAU)

Un enfoque pedagógico inclusivo
En el Laboratorio de Alfabetización, la pedagogía inclusiva y la tecnología de apoyo se fusionan en cinco rutinas complementarias que transforman el acceso en progreso medible:

  • Itinerarios Personalizados: Guían a cada estudiante a través de los objetivos de alfabetización y cálculo al ritmo adecuado, utilizando las secuencias adaptativas de Expressia junto con actividades seleccionadas por el docente que se alinean con las prioridades del aula.
  • Aprendizaje gamificado y basado en la narrativa: Para mantener la atención y afianzar los conocimientos, en cada sesión se incluyen historias y desafíos lúdicos, ayudando a los estudiantes a transferir habilidades a distintos contextos.
  • Desarrollo socioemocional estructurado: Dado que el sentido de pertenencia es tan importante como el cálculo, el desarrollo socioemocional se integra intencionalmente. La inclusión de rutinas para fortalecer la empatía, la resiliencia, el respeto y la colaboración —alineadas con CASEL— permite estructurar cómo los estudiantes reflexionan e interactúan entre ellos.
  • Participación accesible: Para una verdadera inclusión es esencial asegurar el acceso a los contenidos a todos los estudiantes. El uso de distintos dispositivos permite que ningún alumno sea un mero espectador: el teclado alternativo Key-X —y, cuando corresponde, el sensor Colibrí— eliminan las barreras motoras y físicas para que los estudiantes puedan escribir, seleccionar y navegar en los contenidos de forma independiente, fortaleciendo su autonomía.
  • Datos y paneles de control (dashboards): Proporcionan información de valor al profesorado. La obtención de información objetiva y en tiempo real del moodboard y de las analíticas de progreso reducen la carga de trabajo del profesorado y permiten señalar intervenciones oportunas (cambios en el grupo, ajustes de contenido o cambios de enfoque en los itinerarios personalizados), a la vez que generan la evidencia estandarizada que los centros necesitan para medir el progreso de los alumnos y replicar el modelo con confianza.

Plan de implementación (Desarrollo docente, espacio y rutinas)

El piloto sigue un plan de implementación en cuatro fases:

  1. Formación del profesorado y preparación del espacio: Los educadores reciben formación para su desarrollo profesional en pedagogía inclusiva, instrucción multisensorial y aprendizaje mediado por pares. La formación abarca el uso de Expressia y de Key-X, y la práctica de estrategias que fortalecen la comunicación entre estudiantes con y sin diversidad funcional. Cada Literacy Lab presenta dos zonas: un área colaborativa (con pantalla interactiva) y estaciones de aprendizaje individualizadas (ordenadores o tablets) para la práctica dirigida.
  2. Sesiones iniciales con evaluación previa y establecimiento de objetivos: Las primeras sesiones se centran en las rutinas, las evaluaciones basadas en la observación y el establecimiento de objetivos académicos y socioemocionales (p. ej., comunicación, respeto de turnos, cooperación).
  3. Realización de sesiones regulares con agrupación inclusiva y apoyo adaptativo: Recomendadas dos veces por semana, cada sesión combina la narración, las tareas en grupo y las actividades digitales individuales adaptadas a las necesidades específicas de cada alumno. Los roles rotan para que todos los estudiantes actúen como oradores, ayudantes y oyentes activos. El profesorado monitoriza la participación continuamente y ajusta los apoyos basándose en la implicación y el progreso; las tecnologías de apoyo y las señales visuales aseguran que todos puedan acceder al mismo aprendizaje.
  4. Evaluación final (Endline), reflexión docente y recomendaciones de escalabilidad: Los docentes sintetizan los resultados académicos y sociales, documentan las prácticas inclusivas que funcionaron y elaboran un plan para la replicación y la sostenibilidad en el centro.

El Literacy Lab tiene como objetivo mejorar la lectoescritura, el cálculo y la alfabetización aritmética, y las habilidades sociales y emocionales a través de actividades lúdicas y accesibles. El enfoque es estructurado para guiar la práctica, pero lo suficientemente flexible para permitir que el profesorado integre su propio contenido y cultura de aula. La documentación mensual del progreso apoya la reflexión basada en la evidencia.

Lo que sucede en una sesión
Una session tipo de 45 minutos comienza con un calentamiento socioemocional y un anclaje narrativo compartido, seguido de tareas por niveles en Expressia y trabajo en grupos pequeños donde los estudiantes practican decodificación, vocabulario, conciencia fonológica, cálculo o resolución de problemas. Los estudiantes que requieren apoyo motor utilizan Key-X para introducir texto, seleccionar respuestas o controlar actividades con fluidez. Los docentes consultan los paneles de participación para ver quién está progresando y quién necesita un empujón o más apoyo. La sesión concluye con una reflexión: qué hemos hecho, cómo nos hemos sentido y hacia dónde nos dirigimos.

Esta rutina, estructurada y conocida, permite reducir la ansiedad y que los alumnos se sientan cómodos, pero, a la vez, es lo suficientemente flexible para atender los diversos perfiles. Normaliza la diferencia como diversidad y posiciona a los pares como colaboradores: todos tienen un rol, una voz y un camino a seguir.

(Figura 3 – Fuente: Key2enable. Alumnos en una escuela en Brasil)

Construyendo el ecosistema alrededor del Lab

El impacto del Literacy Lab se extiende más allá de la propia sala. El desarrollo docente alinea el aprendizaje personalizado con los objetivos curriculares; los días de participación familiar permiten que las estrategias entren en el hogar, y los programas de voluntariado modelan la solidaridad y el apoyo recíproco entre pares. En algunas regiones, el ecosistema también incluye oportunidades vocacionales, como el ensamblaje de dispositivos Key-X por parte de personas con diversidad funcional cognitiva, fomentando la dignidad, el trabajo decente y la inclusión sistémica.

En otras palabras, el Literacy Lab no es un rincón de gadgets: es un eje comunitario donde los estudiantes se definen por sus logros, en lugar de sus limitaciones; las familias se unen al proceso de aprendizaje y los educadores se erigen como agentes del cambio.

Plan de evaluación (cómo medimos lo que importa)
La evaluación es continua, flexible y medida en indicadores cualitativos y cuantitativos:

  • Desarrollo de habilidades: Alfabetización temprana, cálculo, comunicación, interacción, trabajo en equipo y expresión emocional, monitorizadas a través de actividades de en el Literacy Lab y observaciones del educador.
  • Participación (Engagement): Implicación activa durante las sesiones multisensoriales basadas en narrativas e interacción con herramientas inclusivas.
  • Calidad de la asistencia: No solo «quién asistió», sino cuánto tiempo se mantuvo involucrado de manera significativa.
  • Implicación parental: Participación en actividades en casa y feedback.
  • Implementación educativa: Uso de métodos inclusivos y tecnologías de apoyo, capturado en los diarios de reflexión.
  • Progreso conductual: Un sistema de fichas simbólicas recompensa la cooperación, la concentración, la empatía y la autorregulación. Las fichas pueden canjearse en una «tienda» simulada para practicar el ahorro, la elaboración de presupuestos y la toma de decisiones.
  • Autorreflexión y defensa propia (Advocacy) (opcional): Un diario del estudiante apoya la alfabetización emocional y la autoexpresión, al tiempo que ofrece a los docentes información para una asistencia a medida.

Las fuentes de datos incluyen listas de verificación de observación, evaluaciones informales, registros de asistencia, seguimiento del tiempo dedicado a la actividad (time-on-task) y reflexiones del profesorado, resumidas en paneles visuales. Los hallazgos se revisan a mitad y al final del piloto para sugerir mejoras y documentar prácticas listas para escalar.

Por qué los datos importan (y cómo los usamos)
Las analíticas del Literacy Lab reducen la carga de trabajo que supone la elaboración de informes manuales y ofrecen datos procesables al profesorado. El progreso en tiempo real y las vistas tipo moodboard permiten microintervenciones oportunas —cambiar un grupo, añadir apoyos o ajustar el contenido—. A nivel de sistema, los informes estandarizados proporcionan un plan de replicación para otros centros: qué recursos son esenciales, cómo programar las sesiones, qué rutinas mantienen la participación y cómo monitorizar los resultados sin abrumar al personal.

Alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas

La conceptualización del Literacy Lab y el desarrollo de las prácticas propuestas se alinean con los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas:

  • ODS 4 – Educación de calidad: Itinerarios inclusivos que dan a los estudiantes con diversidad funcional acceso equitativo al currículo, respaldados por analíticas de enseñanza en tiempo real y la construcción de puentes entre el hogar y el centro.
  • ODS 8 – Trabajo decente y crecimiento económico: Las vías vocacionales y el empleo digno en el ensamblaje de tecnología de apoyo demuestran el valor económico de la inclusión.
  • ODS 10 – Reducción de las desigualdades: Los dispositivos de apoyo y las rutinas mediadas por pares eliminan las barreras de participación y fomentan la solidaridad.
  • ODS 17 – Alianzas para lograr los objetivos: El modelo prospera a través de la colaboración intersectorial: administraciones públicas, fundaciones, ONG, universidades y hubs de innovación trabajando en concierto.

Señales tempranas y un camino hacia la escalabilidad
Desde Brasil hasta los EAU —y ahora expandiéndose en España e India—, el modelo del Literacy Lab ha demostrado una mayor participación estudiantil, mejores fundamentos de alfabetización y una colaboración más profunda en las comunidades escolares. El piloto de Cataluña busca documentar y refinar el enfoque para que cualquier centro público pueda adoptarlo con una formación y una configuración manejables. La visión a largo plazo es establecer estaciones de Lab dentro de las aulas ordinarias, asegurando que el apoyo esté presente donde ocurre el aprendizaje y que los docentes puedan orquestar la inclusión sin fricciones logísticas.

Al integrar el Literacy Lab en las rutinas diarias, Cataluña puede convertirse en un referente europeo para la integración de la tecnología de apoyo y la pedagogía inclusiva en todo el sistema público, haciendo de la inclusión no solo una aspiración, sino una realidad.

Conclusión
El trabajo de Key2enable en Cataluña demuestra que la inclusión es más que una política: es una práctica compartida arraigada en la tecnología, la empatía y la innovación. El Laboratorio de Alfabetización transforma las aulas en espacios accesibles y generadores de datos donde cada estudiante puede pertenecer, participar y prosperar.

Cada sesión combina aprendizaje personalizado, narración gamificada y desarrollo socioemocional. Los docentes reciben formación y pueden consultar los paneles de control en tiempo real para medir el impacto real de la inclusión. Los centros que cooperan con Key2enable reportan una mayor participación, mejores resultados en alfabetización y desarrollo cognitivo, y una colaboración más profunda y significativa entre comunidades.

Esta iniciativa posiciona a Cataluña como un punto de referencia para la integración de la tecnología asistencial y la pedagogía inclusiva en los centros públicos, donde la inclusión se convierte en la nueva normalidad.

 

(Figura 4 – Fuente: Key2enable. Uso del producto en la escuela La Lió, Cataluña)

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