Salud, Bienestar y Relaciones Personales
Marian Rodríguez
María Ant. Rodríguez Parrilla es actualmente Jefa de Área en el Ministerio de Ciencia e Innovación. Cabe señalar que a lo largo de su trayectoria profesional en distintos organismos autónomos y de investigación y en el Ministerio de Educación y FP ha acumulado una amplia experiencia en proyectos internacionales y en gestión de fondos europeos habiendo participado en diversos grupos de trabajo y redes promovidas por la Comisión Europea. También ha sido docente de Enseñanza Secundaria y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid.
Luis Fernando Olvera Castaños
Luis Fernando Olvera Castaños es profesor de tiempo completo del CECyTE-ITACE Altamira, Tamaulipas (México) y profesor de posgrado. Terminó el doctorado en Desarrollo Educativo. Certificado como miembro fellow de la Cátedra UNESCO-ICDE Movimiento Educativo para América Latina; sus áreas de interés están enfocadas en la innovación educativa mediada por la tecnología y el aprendizaje electrónico.
Neus Lorenzo Galés
Neus Lorenzo Galés es actualmente Vicepresidenta de Investigación de la Sociedad Catalana de Pedagogía (Institut d’Estudis Catalans), y miembro de la Junta ODITE (Observatorio de Innovación Tecnológica Educativa). Es también cofundadora de la Transformation Society y docente en la Universitat d’Andorra (UdA). Tiene una larga experiencia laboral en la docencia de todas las etapas educativas, y ha sido inspectora de educación durante más de 20 años. Es autora de numerosos artículos y textos escolares sobre internacionalización, informática educativa y desarrollo docente, y ha coordinado durante años programas de innovación y transformación educativa en cargos de liderazgo institucional en Catalunya, España y Europa.
Tras la pandemia mundial de Covid-19, todos los sistemas educativos son conscientes del impacto que tiene la salud y el bienestar educativo del alumnado en su capacidad de aprendizaje y en la creación de un entorno escolar seguro y amable. El desarrollo de la psicología positiva (Seligman et al. 2009) ha desembocado en una pedagogía positiva que tiene cada vez más adeptos, y está abriendo camino a iniciativas que buscan mejorar la autoestima y la calidad de vida del alumnado, además de sus resultados académicos (Adler, 2017).
En 2015, las Naciones Unidas incluyeron la salud en la Agenda 2030 como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para la transformación del mundo (United Nations, 2015), y al año siguiente publicaron la “Estrategia de la UNESCO sobre la educación para la salud y el bienestar: contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, (UNESCO, 2016). En ambos casos, los indicadores de progreso tenían relación directa con la nutrición, la higiene sanitaria y la equidad social en el acceso a los alimentos.
Desde la pandemia de COVID-19, la mayor parte de las publicaciones de las Instituciones Internacionales sobre salud escolar se centraron en el bienestar emocional y la resiliencia ante la crisis sanitaria, la respuesta a las emergencias de la pandemia, y la prevención escolar (UNESCO 2021). La Organización Mundial de la Salud (WHO, 2022) estima que en un año ha aumentado en un 25% la población que padece algún tipo de depresión, ansiedad o desequilibrio emocional que amenaza su salud mental (United Nations, 2022). Una nueva alerta se ha disparado en todo el mundo: la salud mental de la infancia y la juventud está en riesgo, y es necesario actuar también en los espacios educativos.
Para revertir la situación, la mayor parte de los países occidentales han iniciado en los últimos meses del año 2022 algún tipo de programa de salud mental entre los más jóvenes. La escuela incorpora ahora proyectos contra la violencia y acoso, las conductas de riesgo, y la dependencia digital, con actividades de prevención emocional y apoyo a las prácticas escolares transformadoras.
En este artículo se revisan conceptos clave, riesgos y sugerencias de prevención en temas de salud, bienestar escolar y clima relacional en el entorno educativo, y se presentan dos experiencias que consolidan estas tendencias escolares: el programa para el desarrollo de habilidades socioemocionales (HSE) en el sistema educativo de México y el modelo integrado de aprendizaje en el Proyecto Educativo que desarrolla la autonomía de un centro escolar en Catalunya, con la inclusión de técnicas de educación emocional y Mindfulness.
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Bienestar del alumnado y su impacto en el aprendizaje: Debate abierto
Desde los primeros estudios de Hoppock (1940), la asociación entre bienestar o satisfacción laboral y rendimiento se ha vinculado con la productividad, la estabilidad, el clima organizacional y la calidad de la vida social en el trabajo. Tanto en el mercado laboral como en el ámbito educativo se considera probado que la satisfacción en el trabajo de los docentes repercute tanto en el buen funcionamiento de las empresas y las organizaciones (Skaalvick, 2010), como en la vida de los trabajadores (Klassen, 2010). En general se reconoce que la satisfacción del profesorado está vinculada al funcionamiento escolar en su conjunto (Perrachione et al. 2008), y que su acción educativa tiene bases emocionales y organizativas que afectan al alumnado en su desarrollo educativo, emocional y social (Martin et al., 2012).
El debate abierto después de la pandemia ha incorporado los indicadores de percepción de incerteza y malestar, a las evidencias de los resultados educativos del alumnado. Se ha demostrado que la percepción del profesorado sobre la educación se ha deteriorado en correlación con los últimos resultados escolares. Un informe de la National Education Association [NEA] de Estados Unidos (NEA, 2022) en una encuesta estándar realizada a principios de 2022, sugiere que el 55 % de los docentes se está planteando dejar la profesión antes de lo previsto, por falta de satisfacción y bienestar general en el trabajo. En junio de 2022 el Instituto Nacional de Estadística español (INE, 2022) publicó su Encuesta de condiciones de Vida comparando el estado de bienestar económico y social en las distintas autonomías, y las correlaciones entre pobreza infantil y tendencias escolares (INE, 2022). Los estudios de campo disponen actualmente de fuentes internacionales que permiten comprobar el impacto del bienestar socioeconómico en la satisfacción laboral del profesorado y comparar los resultados con el abandono escolar y el fracaso académico entre el alumnado. El bienestar y su significado están en el debate educativo tanto como en el debate económico y sanitario. [Figura 1]
Las distintas concepciones del bienestar general se pueden entender desde los planteamientos conceptuales en dos corrientes filosóficas de la antigüedad: hedonismo y eudemonismo, muy alejadas del estoicismo clásico posterior. En ambas descubrimos una definición de bienestar que se centra en la existencia de felicidad, difícil de definir, pero que se diferencia en la existencia de la felicidad o en la búsqueda de un estado emocional idealizado. La concepción hedonista se focaliza en la consecución del placer con la evitación del dolor, mientras que la eudemonista, más general e intangible, se centrará en la búsqueda de objetivos y en la realización personal, la conciencia ciudadana y la justicia social. Con esta referencia, el desarrollo de habilidades socioemocionales (HSE) se convierte en un proceso de crecimiento y maduración educativa vinculado al aprendizaje formal en el centro escolar, pero abierto al aprendizaje no formal e informal, propio de otros espacios socioeducativos y culturales, flexibilizando así metodologías que favorecen la innovación y transformación educativa.
La evaluación de estos procesos de cambio es compleja. A veces parece que la tradición hedonista ha primado en las investigaciones del ámbito laboral, con indicadores que tratan de medir la existencia o carencia de elementos concretos (salario, peligros, reconocimiento…). Por otro lado, la tradición eudemonista parte del bienestar afectivo y el subjetivo, con la aceptación general de responsabilidades en el constructo de la felicidad (Peiró, et al. 2014). En el primer caso, el bienestar se consigue con elementos identificables, mientras que en el segundo caso el bienestar se convierte en parte del proyecto de vida, evolutivo y cambiante, personalizado y más cercano al crecimiento orgánico del ser humano que a la adquisición, incremento o reducción de bienes materiales.
Unos buscan “tener” y los otros “ser”, y esta diferencia sustenta un cambio pedagógico significativo. En la actualidad parece consensuado que el estado-del-arte define el bienestar personal general contemplando no sólo los componentes y las capacidades individuales, sino también los procesos sociales, destacando las actitudes que hacen que los individuos sean mejores ciudadanos y progresen hacia la responsabilidad, el altruismo, la tolerancia o el trabajo ético (Cuadra y Florenzano, 2003).
La normativa educativa incorpora poco a poco la mirada emocional y el papel de la salud en el proceso de aprendizaje, con referencias al bienestar emocional del alumnado. En España, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOMLOE, 2020) incluye en su articulado diversas referencias a la salud emocional del alumnado y sus valores sociales. Por ejemplo, en la Educación Secundaria Obligatoria “se debe propiciar el aprendizaje competencial, autónomo, significativo y reflexivo… (y)… la educación emocional y en valores, la educación para la paz y no violencia y la creatividad se trabajarán en todas las materias” (pág.122874)
En ciclos de educación infantil, esta ley española defiende las metodologías fundamentadas en experiencias emocionalmente positivas, como las actividades prácticas, el juego, el ambiente de afecto, la confianza y la autoestima, la integración social y el establecimiento de un apego seguro (pág.122885). De todo ello hace responsable a las administraciones educativas, que deberán contar con los mecanismos necesarios para que el alumnado consiga su máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional (pág. 122909).
Los resultados y los estudios realizados demuestran con evidencias que resulta fundamental ahondar en el auto-conocimiento del alumnado, reforzar su autoestima y mantener un estado de bienestar en el centro. Según Martin Seligman et al. (2009), hay tres razones para ello: reducir el número de casos de depresión entre los jóvenes, incrementar la satisfacción con la vida y favorecer el aprendizaje y la creatividad.
¿Qué tendencias educativas se derivan de estos planteamientos? En estos dos últimos años se han incrementado las propuestas educativas integrales que incorporan los temas de salud emocional y sostenibilidad sociocultural.
¿Qué objetivos de ciudadanía y convivencia se deben incorporar al currículum para dar respuestas a las necesidades detectadas? Las instituciones internacionales (UNESCO, OCDE, UNICEF) proponen enfoques curriculares transversales y estratégicos, basados en competencias globales y habilidades socioemocionales, de participación inclusiva y responsabilidad ciudadana.
¿Qué programas y proyectos se están llevando a cabo en los centros escolares, en consonancia con estos resultados? Los programas de Mindfulness y los Proyectos para el desarrollo de habilidades socioemocionales (HSE) se están implantando tanto en Europa como en otros continentes.
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Enfoques, estudios y orientaciones internacionales
Entre 2018 y 2022, China ha sido el país con mejores resultados académicos en las pruebas PISA de la OECD, junto con Taiwán, Corea del Sur, y Japón. Desde 2018, diferentes países y regiones asiáticos están ocupando los primeros puestos en las pruebas internacionales. No obstante, los resultados de las pruebas de satisfacción, felicidad y bienestar (wellbeing), a escala mundial, están encabezados por países europeos.
¿Qué relación hay entre los resultados académicos y el bienestar emocional? La sensación de felicidad está relacionada con la capacidad humana de apoyarse mutuamente, y parece correlacionar más con la sensación de pertenencia, confianza y participación personal en la toma de decisiones colectivas, que con los resultados objetivables de logros académicos. En el Informe Mundial de la Felicidad de 2022 elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, 2022) se recoge un ranking de 2022 con los países con mayor percepción de felicidad, en el que Finlandia es el primero en esta lista, seguido de Dinamarca e Islandia. España ha descendido cinco puestos en un año, hasta el puesto 29 en el ranking de felicidad, según los datos del Informe Gallup World (GALLUP, 2022a).
Los resultados del estudio muestran que las comunidades con altos índices de participación ciudadana en sus Instituciones desarrollan niveles más altos de confianza; presentan mayores índices de resiliencia; dicen ser más felices y desarrollan recursos de apoyo mutuo frente a las crisis. John Helliwell, editor del estudio y director de programa en el Instituto Canadiense de Investigación Avanzada de la Escuela de Economía de Vancouver de la UBC, considera que los dos años de pandemia mundial han intensificado la incertidumbre, el dolor y la frustración en todo el planeta, pero también han favorecido la implantación de redes de apoyo y voluntariado, y han hecho aumentar las actuaciones solidarias espontáneas, la autogestión de comunidades sociales emergentes y la confianza en los conciudadanos.
El Informe Gallup aplicado a los adultos con trabajo mide cómo los empleados experimentan su vida y su felicidad. Las medidas clave de bienestar incluyen la evaluación de la vida, las emociones negativas diarias, el agotamiento y la firme creencia de los empleados de que su organización se preocupa por su bienestar. Este Índice de Bienestar Global está organizado en cinco elementos:
- Propósito: gustar lo que se hace cada día y estar motivado para lograr las metas personales
- Social: tener relaciones de apoyo y amor en la vida
- Financiero: gestionar la vida económica para reducir el estrés y aumentar la seguridad
- Comunidad: amar el lugar donde se vive, sentirse seguro y sentirse orgulloso de su comunidad
- Físico: tener buena salud y suficiente energía para hacer las cosas todos los días
Al analizar los resultados del índice en el ámbito de las emociones a escala planetaria, Gallup y Healthways (GALLUP 2022b) clasifican las respuestas como «prósperas» (bienestar fuerte y consistente), «luchadoras» (bienestar moderado o inconsistente) o «sufridas» (bienestar que es bajo e inconsistente). Este año 2022, la percepción media de todos los países participantes indicaba:
- PROSPERANDO. 33% (aumenta 1% en un año)
- LUCHANDO: 55% (aumenta 4% en un año)
- SUFRIENDO: 11% (aumenta 1% en un año)
En el ámbito escolar, en edades tempranas, los problemas emocionales y de salud mental tienen un enorme impacto en la capacidad de aprendizaje, en las posibilidades de interactuar y relacionarse con los demás, en las habilidades de colaborar y participar en equipos y en la incorporación a procesos colectivos para la resolución de problemas.
En noviembre de 2022, el World Econòmic Forum (WEF) reconocía que “La mala salud mental es la principal causa de discapacidad y malos resultados en la vida de los jóvenes de 10 a 24 años, y contribuye hasta con el 45 % de la carga general de enfermedad en este grupo de edad.” (WEF, 2022) Sin embargo, a nivel mundial, la franja de edad de adolescentes y jóvenes adultos tiene las peores posibilidades de acceder a la atención de la salud mental en los circuitos establecidos, particularmente durante las primeras etapas de la enfermedad. Esta circunstancia es particularmente preocupante entre las adolescentes y mujeres jóvenes a lo largo de la vida, en todas las etapas de la enfermedad.
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Tendencias en el entorno educativo: prioridades y recomendaciones
El alumnado representa el relevo generacional de una sociedad, y el sistema educativo es plenamente consciente de su papel en el diseño instruccional del aprendizaje escolar. La prevención es esencial para conseguir una población escolar más sana y preparada para la vida.
Desde 2014 los sistemas educativos estatales y regionales disponen de un Marco europeo de estándares de calidad en los servicios de salud escolar y competencias para los profesionales de la salud escolar, elaborado por el World Healthcare Organization (WHO, 2014). El documento sentaba las bases que promueven el desarrollo de programas escolares de salud ambiental en Europa, a través de un enfoque preventivo eficaz y eficiente. Se definen diferentes ámbitos de prevención para lograr un entorno escolar amable y saludable, en contraposición con los enfoques de crisis basados en crisis emergentes, que buscan resolver los problemas después de que se han producido. Este planteamiento preventivo ha demostrado ser muy adaptativo, y permite el establecimiento de escuelas sostenibles, con un clima social armónico y en equilibrio, que facilita la mejora de la salud ambiental. El Marco alienta a las instituciones y administraciones políticas de referencia a instaurar programas prospectivos con una estrategia holística, integral e implementable, integrando medidas preventivas sostenibles:
“Tales programas deberían promover un entorno escolar propicio para el aprendizaje y que proteja la salud de escolares y personal. Además de mejorar el entorno físico y minimizar los riesgos potenciales para la salud, los programas de salud ambiental escolar sostenibles en Europa también deberían ayudar a coordinar los esfuerzos en cuanto a las autoridades nacionales y locales para tomar decisiones saludables, seguras y rentables que aborden las necesidades ambientales de cada escuela y las prioridades de salud. Algunos de los beneficios incluyen: mejoras en la salud de los escolares; menores tasas de ausentismo entre niños y maestros; mejor rendimiento académico entre los alumnos y mayor participación en el aula; mayor estabilidad y satisfacción laboral entre el profesorado; y ahorro de costos a través de la conservación y eficiencia de agua y energía, y un mejor mantenimiento de las instalaciones” (p.vi).
En consonancia con lo expuesto, las tendencias actuales para la mejora de la salud, el bienestar y el clima relacional se centran en la detección y la prevención en el aula, en el centro escolar y en el entorno de la comunidad educativa. La atención directa al alumnado y al profesorado se concreta en modelos de aprendizaje y de atención integrada, y en proyectos de formación y desarrollo profesional que enfatizan el conocimiento y su aplicación, para desarrollar la resiliencia a lo largo de la vida.
- Mayor conocimiento. Los programas de apoyo al alumnado, las familias y el profesorado incorporan información sobre nuevos trastornos, en especial los relacionados con escenarios de educación a distancia y aprendizaje en entornos digitales. Se estudia y reconoce la Nomofobia o el temor obsesivo a no poder utilizar el teléfono móvil para estar conectado; se intenta luchar contra la Ciberdependencia o la excesiva exposición a las pantallas; se detecta el estrés digital, la ansiedad y la baja autoestima por la identidad mediática adoptada en las redes sociales, etc.
- Nuevas aplicaciones y estrategias educativas. El currículum en tiempos de post-pandemia ha incorporado entornos híbridos (digitales y presenciales) muy diversificados y metodologías adaptadas a diferentes entornos de trabajo. Surgen nuevos espacios físicos y culturales que permiten aplicar estrategias de trabajo colaborativo, técnicas de investigación, co-creación y resolución de problemas, y proyectos al aire libre para tratar nuevas afecciones. Se trabaja, por ejemplo, el Trastorno de déficit de Naturaleza o Nature-deficit disorder; los síndromes de reclusión voluntaria infantil y juvenil (síndrome del caracol, o Hikikomori); los trastornos de ansiedad y las disfunciones relacionales en las redes sociales; la violencia cibernética, ciberbullying o agresividad digital, etc.
- Mayor apoyo al desarrollo de resiliencia personal y social. Detectamos programas de Mindfulness para el alumnado y el profesorado, servicios de Coach o entrenador personal para las direcciones de los centros escolares, y programas institucionales de lucha contra la violencia y el acoso escolar, tanto en la vida presencial como en las relaciones digitalizadas. La conciencia institucional del problema ha activado proyectos de protección del menor, y de formación docente para la prevención, detección, tratamiento y superación restaurativa en situaciones de vulnerabilidad emocional y social del alumnado.
En general, el profesorado desarrolla conductas de auto concienciación sobre temas de privacidad digital, intimidad emocional y protección de datos, pero desconoce en gran medida la base legal que protege sus derechos y los de su alumnado en temas de salud digital.
La oficina de los Derechos Humanos en las Naciones Unidas ha emitido una hoja de ruta con el camino a seguir, con referencias especialmente orientadas a temas de obtención y custodia de datos, protección de información y privacidad de identidad digital, así como en el uso de tecnologías de vigilancia, violencia y acoso en línea, que son motivo de especial preocupación educativa. El resumen de su aplicación destaca once puntos de especial vulnerabilidad, que pueden abordarse con acciones concretas y están disponibles en el documento: “The United Nations Secretary-General’s Roadmap For Digital Cooperation”, (United Nations, 2021).
Del mismo modo, los derechos de la infancia en entornos digitales también incluyen temas de protección de la salud, la educación, las comunicaciones, el tiempo de juego y familia, así como los derechos jurídicos de protección de privacidad, identidad, imagen y bienestar personal. Durante la pandemia, UNICEF (2021) ha dedicado decididos esfuerzos de investigación sobre riesgos y oportunidades para los niños en un mundo digital, con una revisión rápida de la evidencia sobre el uso de Internet y los resultados educativos infantiles y juveniles (Stoilova, et al, 2021). De modo general, las conclusiones apuntan a la necesidad de incluir las experiencias de los niños en las consideraciones prospectivas, de modo que deben tenerse en cuenta al redactar las políticas que rigen los usos digitales de los jóvenes, así como al diseñar la tecnología en sí. Una vez más, poner al alumnado en el centro y favorecer su implicación personal y su participación en la toma de decisiones constituye una buena práctica para la innovación y la transformación educativa.
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Recursos, programas y experiencias de éxito en entornos educativos. Experiencias en marcha.
Recientemente UNICEF (2022) ha centrado su atención en la innovación tecnológica y su impacto en la salud mental de la infancia (Kardefelt Winther, 2022), así como en los recursos digitales que pueden ser beneficiosos para mantener estados emocionales esenciales en el desarrollo del individuo, como el juego y el bienestar relacional.
La detección de buenas prácticas educativas en el uso de las tecnologías para el cuidado de la salud y el bienestar educativo se convierte en una necesidad para prevenir conductas de riesgo, autolesiones, aislamiento, violencia escolar o tendencias suicidas. La pedagogía positiva y el liderazgo educativo transformador incorporan las emociones, la formación de autocontrol y la comunicación positiva, para estimular el desarrollo de habilidades de bienestar escolar, participación ciudadana e implicación social. En este artículo incorporamos dos experiencias en marcha que tienen en común la atención a las habilidades emocionales y sociales en el ámbito escolar, así como las técnicas de formación docente desde la reflexión-acción y la reflexión sobre la práctica. En ambos casos, la propuesta parte de un enfoque integral que busca actuar sobre el clima del centro, la conducta de los alumnos y los docentes y las actividades de aprendizaje que se desarrollan en el espacio educativo, sea presencial o virtual.
4.1. Modelos y proyectos transformadores en Catalunya
La comunidad autónoma de Catalunya (España) es un ejemplo claro de la evolución globalizadora. El currículum hacia una concepción estratégica de las competencias de aprendizaje que incorporan tanto las habilidades emocionales como las inquietudes sociales por la salud personal, el compromiso cultural, la equidad y la justicia social por un mundo más ético y sostenible.
La innovación educativa en las escuelas catalanas es fruto de los marcos normativos que permiten la autonomía del centro escolar como estrategia de flexibilización educativa y de contextualización organizativa, de acuerdo con las propuestas de la UNESCO y otros organismos internacionales (LEC, 2009). Los modelos educativos de transformación, por otro lado, responden a una herencia de tradición pedagógica humanista gestada en Catalunya bajo los principios de la Escuela Nueva europea de inicios del siglo XX, con nombres tan conocidos como Francesc Ferrer i Guàrdia (1859-1909), Rosa Sensat (1873-1961), o Alexandre Galí i Coll (1886- 1969). Si bien este cultivo intelectual era contemporáneo de John Dewey (1859-1952) y Maria Montessori (1852-1959), su aplicación en España se vio cercenada por una guerra civil y dos guerras mundiales, que cancelaron casi todas las reformas educativas anteriores. Como resultado, las aplicaciones de la pedagogía activa, significativa, colaborativa y humanista surgen ahora de un hibridismo entre las aportaciones pedagógicas de mediados del s. XX, y el enriquecimiento de las evidencias científicas del s.XXI. El modelo de aprendizaje que presentamos a continuación, basado en el cuidado personalizado de la salud y el cultivo de la conciencia ciudadana a través de proyectos solidarios, sostenibles y éticos es un buen ejemplo.
Ejemplo práctico 1. El Círculo de Aprendizaje múltiple e integrado.
El siguiente ejemplo presenta un proyecto de centro (López-Tuset y Vallvé-Estradé 2023) que busca “El bienestar emocional del alumnado desde la implicación social, el compromiso sostenible y la participación solidaria en la comunidad y el entorno”. Se ha desarrollado desde el año 2021 en el Institut-Escola Àngel de Tobies de titularidad pública (Catalunya) a cargo del coordinador pedagógico Enric López Tuset, con implicación de todos los sectores de la comunidad educativa, alineados en vectores de inclusión para personalizar la educación [Figura 2]
Esta experiencia de transformación curricular y organizativa tiene como objetivo el aprendizaje, con un cambio de actitud emocional ante la vida, que favorece la salud mental y la responsabilidad ciudadana. Para ello se establece un Círculo de Aprendizaje múltiple e integrado, basado en el dominio de las competencias clave en el mundo actual, la educación emocional, individual y colectiva, y el desarrollo de los compromisos sociales y culturales para la sostenibilidad de nuestro planeta. Estos tres objetivos definen cuatro círculos o niveles de actuación que permiten al equipo docente configurar proyectos temáticos y transversales basados en el conocimiento, el sentimiento, las relaciones y la construcción activa de la ciudadanía: [Figura. 3]
Para desarrollar el proyecto, el profesorado de cada área o materia prioriza en un primer nivel los retos y las actuaciones que se proponen al alumnado, de manera que se concrete:
- La formulación en multiniveles, hacia la personalización en colectividad como principio pedagógico.
- El proceso de aplicación con secuencias y recursos bien definidos.
- La meta-reflexión reguladora.
- La evaluación, como parte de la toma de consciencia personal y social.
Estas cuatro etapas permiten una planificación recursiva de proyectos, tareas o actividades que va siempre acompañada de la reflexión emocional y el apoyo personalizado para la resolución de problemas de forma reflexiva y autónoma. Sobre el círculo de conocimiento se plantea un círculo de trabajo emocional y soporte personalizado que prioriza la comunicación, la autoestima, la interdisciplinaridad, la toma de decisiones, la autonomía, las habilidades sociales, la empatía y la regulación de emociones. Trabajar de forma sistemática las emociones que afloran en el espacio de aula (y en el hogar) ayuda al alumnado a tomar consciencia de sus propios procesos de interacción con los demás, con el entorno y consigo mismo. Plantearse preguntas sobre las propias fortalezas, las dificultades y las relaciones con los demás durante las actividades de aprendizaje mejora la convivencia en el grupo y ayuda a la mejora del autocontrol colectivo en el centro y fuera del centro escolar.
Aquí entran en juego también los diferentes sectores de la comunidad educativa que deben trabajar en común para el aprovechamiento de este proceso: los educadores y docentes, los grupos de alumnos y las propias familias. Se incorporan los cuatro sectores, que son fundamentales para la buena adquisición de procesos de aprendizaje a lo largo de la vida:
- El propio alumnado se convierte en protagonista, buscando interrelaciones entre sí en el aula y fuera del aula (incluso con compañeros mayores o más pequeños en algunas actividades), para encontrar apoyo en aspectos que no pueden superar por sí mismos.
- Las familias participan desde una comunicación estable con el docente, con quien deciden y encuentran la mejor forma de colaborar en el aprendizaje de su hijo o hija.
- Los docentes lideran el proceso en corresponsabilidad y en equipo. En una ampliación de posibilidades, algunas actuaciones permiten las interacciones del alumno con otros profesionales dentro o fuera del centro, y generan proyectos de colaboración internacional, dependiendo de las prioridades curriculares.
- En el entorno educativo del centro se consolidan redes de interacción y participación con entidades locales, organizaciones municipales, e instituciones autonómicas y estatales. En este espacio se dan respuestas a distintos retos educativos desde el ámbito cultural, medioambiental, social, o de salud, y se pueden aplicar técnicas de voluntariado, implicación ciudadana, activismo solidario o aprendizaje servicio, entre otros.
El círculo se cierra con la aplicación de una rúbrica de autoevaluación a las distintas tareas realizadas (proyectos, programas o actividades). en una mirada personal que debe permitir al alumnado contrastar su percepción con los resultados apreciados por los demás. La evaluación sumativa de todos los sectores implicados en el proyecto ayuda a valorar nuevas propuestas de mejora que ayudarán a dar mayor calidad al proceso de aprendizaje a medio y largo término.
En conjunto, el proyecto integra los procesos de aprendizaje desde planteamientos globalizados (círculo del conocimiento y círculo de las emociones) y se extiende a la acción cultural, social, ciudadana (círculo de las relaciones y círculo de la ciudadanía), buscando la salud y el bienestar individual y colectivo.
4.2. Proyectos de Mindfulness en escuelas de México.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2022) y la Secretaría de Educación Pública de México (SEP, 2022) el Programa Construye T promueve la formación socioemocional de las personas jóvenes de educación media superior pública, a través de actividades didácticas y lúdicas que fortalecen, no solo conocimientos, sino también actitudes, valores y herramientas para mejorar su bienestar presente y futuro. Esta formación socioemocional se construye en colectivo, tiene un impacto en toda la comunidad escolar y busca fortalecer lazos de participación hacia la transformación social. La última reforma al Artículo Tercero Constitucional de México precisa que la educación ‘será integral, educará para la vida, con el objetivo de desarrollar en las personas capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar’. Para cumplirla, el Programa Construye T propone un modelo curricular que articule de manera transversal el aprendizaje socio-cognitivo y socioemocional con áreas de acceso al conocimiento y la experiencia práctica, mediante dos pilares: el currículum fundamental, orientado a la formación sociocognitiva, y el currículum ampliado, que conduce la formación socioemocional para la vida.
Este modelo se desarrolla en torno a tres grandes propósitos: 1) Responsabilidad Social, 2) Cuidado Físico-Corporal y 3) Bienestar Emocional-Afectivo. Para ello se cuenta con recursos socioemocionales —actividades y proyectos interdisciplinares, productivos y colaborativos— relacionados con cinco componentes estratégicos:
- Práctica y Colaboración Ciudadana,
- Educación Integral en Sexualidad y Género,
- Actividades Físicas y Deportivas,
- Actividades Artísticas y Culturales, y
- Educación para la Salud.
La educación que impulsa la Nueva Escuela Mexicana promueve el desarrollo integral de las y los estudiantes como un proceso armónico que involucra tanto al desarrollo sociocognitivo como el socioemocional, con el fin de hacer efectivo el ‘derecho de todas y todos a una educación basada en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva’. Además, el programa Construye T destaca por impactar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) [Figura 4]:
Los resultados favorables de la implementación y desarrollo del Programa Construye T en el ámbito académico, específicamente en el aprovechamiento escolar, destacadas por la Secretaría de Educación Pública y el PNUD (2020) con base en Darling-Hammond et al. (2014) reportan que los estudiantes de cuatro escuelas urbanas en California que participaron en programas de aprendizaje social y emocional se mostraron más positivos respecto a la escuela y al aprendizaje y lograron mejores promedios. También afirman que en el impacto de salud los resultados son alentadores al demostrar que, de acuerdo con Moffitt et al. (2011), el autocontrol tiene valor predictivo para el consumo de sustancias e indicadores de salud física, incluyendo los sistemas inmunológico y cardiovascular, función respiratoria, salud dental y sexual.
Ejemplo práctico 2. El Programa Construye T en México.
El programa Construye T se aplica en el CECyTE- ITACE Altamira (Tamaulipas, México), una institución pública estatal con aproximadamente 1800 estudiantes de entre 15 y 18 años. El Director Pedro Bermea, impulsa el proyecto en sinergia con el profesorado de los diferentes cuerpos colegiados que se desarrolla durante los tres años del bachillerato tecnológico. El programa también se incorpora en la asignatura de Orientación Educativa y en el programa de Tutoría Grupal. Para el desarrollo de lecciones de aprendizaje socioemocional se implementó el modelo simplificado, con 12 lecciones al semestre, donde se trabaja el desarrollo de seis habilidades socioemocionales diferenciadas (1° semestre: Autoconocimiento; 2° semestre: Autorregulación; 3° semestre: Conciencia social; 4° semestre: Colaboración; 5° semestre: Toma de decisiones; 6° semestre: Perseverancia). Uno de los retos para la implementación del programa fue trabajar a distancia y adaptar las actividades al formato virtual durante la pandemia del COVID 19 en el año 2022, para reiniciar posteriormente las actividades presenciales, restringidas por las medidas sanitarias del momento. La siguiente imagen muestra ejemplos de actividades realizadas por estudiantes de diferentes grupos y semestres desde la virtualidad y posteriormente desde la presencialidad, bajo medidas sanitarias restrictivas. [figura 5]
Los resultados académicos obtenidos son satisfactorios, y señalan como un factor coadyuvante del éxito las estrategias de intervención implementadas por el profesorado de las diferentes asignaturas curriculares. Más aún, significaron que el abandono escolar no supere significativamente la media nacional 11.6% en el curso 2020-2021) en educación media superior (REDIM, 2022). En los aspectos actitudinales, se observó la necesidad de atender situaciones de estrés y ansiedad, entre otras. El confinamiento prolongado durante la pandemia ha generado un desequilibrio personal que repercute en la salud física, emocional y conductual.
Las actividades ayudaron al alumnado a expresar sus miedos, preocupaciones y reducir la exposición a las situaciones mencionadas.Es importante continuar la implementación del programa en las aulas porque ha demostrado mayor eficacia su aplicación presencialmente. También es relevante continuar con el proceso de formación y actualización continua docente para la pertinente aplicación del programa.
Conclusiones
La incorporación de la salud en el ámbito educativo es una tendencia en alza, más allá de la lógica afectación producida por la pandemia de COVID-19 en estos últimos dos años. El incremento de las comunicaciones en entornos digitales, las videoconferencias y los espacios educativos virtuales han generado nuevas necesidades y afecciones entre el alumnado y han dado lugar a situaciones de dependencia digital, aislamiento y desconexión social, y fobias o ansiedad debido al acoso o falta de reconocimiento en las redes sociales. Para mejorar el clima del centro y la salud mental, las instituciones internacionales han alzado la voz en favor de la prevención y la creación de protocolos y programas de apoyo.
La educación emocional y el desarrollo de habilidades socioemocionales (HSE) en el espacio escolar se ha instalado en el área curricular, en los planes tutoriales y en los programas organizativos que favorecen la comunicación y la interacción entre los distintos sectores de la comunidad educativa. Son más frecuentes las técnicas de mindfulness en los centros escolares, el apoyo de coach o entrenador personal para los equipos directivos, y la formación de los docentes para mejorar la gestión de las emociones en el aula. Los casos presentados son ejemplos de la importancia que está adquiriendo el desarrollo emocional como parte esencial de la educación y la resiliencia como estrategia de maduración y aprendizaje a lo largo de la vida.
Bibliografía y enlaces relacionados
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Blog de datos e incidencia política de REDIM. (2022, 5 octubre). Blog de datos e incidencia política de REDIM. Recuperado 22 de enero de 2023, de https://blog.derechosinfancia.org.mx/2022/10/05/abandono-escolar-de-ninas-ninos-y-adolescentes-en-mexico/
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