Marc Prensky y el talento de los nativos digitales. Global Education Forum

José Hernández

Colegio El Valle (Madrid)

pep.hernandez@gmail.com

Resumen

La presencia de Marc Prensky en un evento en el que se analizan metodologías docentes y nuevas tecnologías es sinónimo de expectación y aprendizaje docente. Este hecho tuvo lugar en la jornada inaugural del Global Education Forum 2010 que tuvo lugar en el auditorio 400 del Museo Reina Sofía de Madrid ante la mirada de centenares de profesionales de la educación, la comunicación y la tecnología que nos dimos cita entre las butacas a la espera de saber, conocer y aprender uno de los referentes de las TIC y de las TAC del actual marco educativo, el del siglo XXI.

Palabras clave

Nativos digitales, Educación, TIC, e-Learning, Pedagogía, Cambio educativo, Prensky, Docencia

1. Introducción

Los días 15 y 16 de octubre se desarrolló en un abarrotado auditorio 400 del Museo Reina Sofía de Madrid el Global Education Forum 2010 organizado por la Institución Educativa SEK, conjuntamente con su propia fundación y la Universidad Camilo José Cela.

El cartel organizador apostó por la presencia en Madrid de primeras espadas en el marco educativo actual para tratar temáticas entorno al proceso digital de aprendizaje. Entre otros, destacaban Marc Prensky, del que analizaremos su ponencia, Eduard Punset, Sir Ken Robinson, Richard Gerver, Curtis W. Johnson, Bernardo Hernández, Gareth Mills, Ícaro Moyano, Carlos Barrabés, Nicholas Negroponte o Fernando Rodríguez.

Marc Prensky, ante palpables dosis de admiración y expectación, llenó el aforo del recinto, al mismo tiempo que concurría a través de Streaming ante un amplísimo número de telespectadores que en Twitter (@globaleduforum #GEF10) iban comunicando sus impresiones en tiempo real a través de las pantallas del evento.

Logotipo del Global Education Forum 2010

Fig. 1. Logotipo del Global Education Forum 2010

El primer requisito que lanzó Marc Prensky a los oyentes fue la dicotomía sobre qué, dónde y cuándo debía plantearse un cambio metodológico en la educación formal de nuestro sistema educativo, puesto que nuestra sociedad, ésta que nos ha tocado vivir, es la sociedad del aprendizaje, entendiéndolo como un aprendizaje constante y progresivo. Atrás quedaron anquilosados pensamientos que el saber tenía un límite. Se refirió a la transformación social palpable en todas las sociedades del siglo XXI. Para esta transformación, destacó el fin educativo de nuestra sociedad, aquél que es la base del actual modelo educativo, y ante el que la generación a la que le ha tocado crecer, desarrollarse y consolidarse socialmente en el siglo XXI tiene una ingente fuerza para llevar a cabo esta transformación social que rompa con moldes previos.

2. La generación del siglo XXI

Marc Prensky durante su intervención.

Fig 2. Marc Prensky durante su intervención. Foto: José Hernández.

La generación contemporánea de estudiantes se enfrenta al etiquetaje del parámetro caduco. El alumno constituye el único agente del sistema que se configura como único elemento evaluado. Así, no es de extrañar que el fracaso escolar no debe de ser, como lo es hasta ahora, únicamente achacable al alumno, sino al sistema en el que el alumno es evaluado.

El docente del siglo XXI tiene un cambio de rol en el que todos coincidimos: pasa de ser un único transmisor de conocimiento a un guía en la adquisición del conocimiento, pero ¿qué hay de ese sector docente que no contempla un cambio en su metodología? El docente del siglo XXI es el que está íntimamente ligado a la Formación y a las comunidades de aprendizaje EN el centro. Todos los docentes nos encontramos ante la llamada al esfuerzo de aprender: tanto el objeto, como el sujeto como el contexto están en constante cambio. Para asimilar este proceso, los entornos de aprendizaje se deben desarrollar en entornos de construcción del pensamiento y del aprendizaje, pero atención, no como un modelo para la suplantación del modelo anterior, sino para transformarlo y adecuarlo al contexto actual.

El docente neoyorquino llevó a cabo un análisis pormenorizado del profesorado, quien es uno de los elementos contitutivos y esenciales en el este proceso de cambio. El papel docente se analiza en objetivos adultos sin pararse a pensar en los niños. EL grado en el que se afirma sobre Educación y el Objetivo Educativo son sentencias del mundo adulto sin pensar en el mundo infantil. ¿Acaso en el mundo adulto se concibe el marco escolar como un marco seguro? Quizá si interpretamos la seguridad del colegio como ese marco en el que nuestros hijos están seguros durante el período escolar, estemos convirtiendo los adultos en una cárcel todo lo que se asocie al colegio, a ojos vista del alumnado.

Los alumnos son la base educativa, pero ¿el mundo adulto se ha parado a pensar en los alumnos desde el punto de vista de la necesidad de los alumnos? ¿Sabemos qué necesitan? ¿Debemos dárselo? Si queremos educar a nuestros alumnos no podemos centrarnos a ellos, debemos educar con ellos.

Hace cincuenta años las escuelas y los centros educativos eran una garantía sólida de salida laboral para todos los niños, cumpliendo con una misión de formar para obrar.

3. «A la élite social nunca le va a ir mal»

El abanico de alumnos que se pude dar dentro de un aula es muy variado. De entre todos ellos, Prensky quiso matizar la élite social de los alumnos que son su versión opuesta. A esos alumnos brillantes en lo académico y social, la élite, nunca les va a ir mal en la sociedad, y son en quienes los docentes tenemos tendencia a mantener una preocupación por consolidar este estatus. Pero ¿qué hay de ese sector que no constituye la élite? La élite es en sí una minoría, puesto que es el grupo menos extenso de alumnos. Lo que los docentes debemos plantearnos es la preocupación por el resto del alumnado, aquéllos que no tienen (o creen no tener) garantía de futuro.

El neoyorkino ofreció ejemplos sobre entrevistas en centros públicos de la ciudad de Nueva York, pero no se centró en los alumnos que forman la élite de estos grupos, sino en los alumnos que socialmente se sentían dentro de una minoría que, paradójicamente, es una mayoría. Estos alumnos, en ocasiones abandonados por sus docentes por su poca aportación a la educación, sólo precisaban de una atención que atendiera a sus preocupaciones y experiencias, que en muchas ocasiones son opacas al mundo adulto:

  • Futuro personal incierto.
  • Mejora del marco escolar.
  • Nadie les pregunta. Se sienten excluídos del sistema educativo.
  • El diálogo debe de ser supra académico.

Sobre estos alumnos, el creador de la terminología nativos e inmigrantes digitales[1] analizó unos puntos que considera fundamentales en los que los docentes debemos atender en la conducta profesional en el trato con los alumnos: ¿conocemos a nuestros alumnos más allá del contenido curricular? ¿Qué es lo que demandan nuestros alumnos de sus docentes? Después de numerosas entrevistas, Prensky apuntó hacia unos puntos esenciales, que pueden variar por el entorno y marco en el que se produce la educación:

  1. Respeto, confianza, valoración de su opinión. El trato es como si fuesen ciudadanos de segunda clase. Recordemos que el 50% de la población mundial tiene menos de 25 años y se sienten como una generación no escuchada[2].
  2. Los docentes desconocen las pasiones de sus alumnos.
  3. No se les tiene en cuenta a la hora de crear e innovar.
  4. Demandan trabajar en proyectos con otros.
  5. Quieren expresar y compartir por diversos medios.
  6. La toma de decisiones parece olvidada cuando se trata de un grupo de edad que no tiene ni voz ni voto.
  7. Conectarse con niños de su misma edad de distintos países con los que comparten inquietudes, gustos y motivaciones a través de Internet.
  8. Colaborar y compartir el trabajo con estos alumnos distantes en lo geográfico pero muy próximo a través de Internet. La red ha roto barreras infranqueables hasta esta generación.
  9. Educación real que importe y les prepare para el resto de sus vidas, en las que estarán en un constante cambio.

4. La tormenta perfecta

El alumnado del siglo XXI percibe el futuro diametralmente opuesto al pasado. Así, el cambio como tal debemos de secuenciarlo –en términos de Prensky- en cambios en el alumnado, cambios tecnológicos y cambios pedagógicos[3]. A esta unión del cambio a tres bandas, el docente neoyorquino la etiquetó como la Tormenta Perfecta, puesto que se necesita de una educación que les prepare para albergarla en su vida personal y profesional.

Este cambio es el que mantiene un auge inherente de los elementos tecnológicos a la par que, mientras no haya una revisión de lo básico y lo fundamental en los aspectos constitutivos de lo pedagógico, la pedagogía perderá terreno respecto a la tecnología.

La reforma educativa es, a juicio de Prensky, dinero y tiempo perdido, puesto que quieren cambiar el sistema antiguo sin perderlo de vista. La comparación es obvia, es como si comparásemos la revolución del teléfono, que ha supuesto una evolución paulatina en los últimos 50 años en el sistema de telecomunicaciones. Ahora bien, esa revolución queda atrasada si la comparamos con la presencia de elementos innovadores que no sólo tienen las mismas prestaciones, sino que las mejoran, como el caso de la presencia del iPhone, toda una revolución en las telecomunicaciones de apenas poco más de un año de vida. En este sentido, debemos de tener presente la revolución que se quiere dar y la que verdaderamente se puede dar.

Este miedo al cambio provoca que preservemos lo estimado y conocido. A modo de ejemplo: los libros analógicos pasarán de las estanterías al libro digital. ¿Por qué hay miedo a esto? Hubo un cambio del romanticismo de los coches de caballos a los caballos de vapor ¿y fue para peor? Lo que nos apasiona de los libros es u interior, su conocimiento: ¿tenemos el valor de ayudar a los alumnos abandonar el libro de texto clásico? El peligro es el miedo al cambio de elementos anticuados al contexto social. En Educación, ¿por qué no queremos cambiar el método? Para los niños “el e-mail es un elemento propio de los viejos”.

En esta tormenta perfecta, debemos de ser consecuentes con la realidad: el 100% de los niños en edad escolar sabe utilizar un teléfono móvil ¿lo hacíamos nosotros, los adultos, a su edad? ¿seríamos capaces? Nuestros hijos controlan máquinas que son complicadas para adultos. Ellos saben y son conscientes del cambio mientras que los adultos debemos adaptarnos a convivir con el cambio. Tenemos que preparar al alumnado al contexto de cambio continuado.

5. La primacía del verbo frente al sustantivo

Marc Prensky en relación a la dicotomía verbo-sustantivo

Fig.3 Marc Prensky en relación a la dicotomía verbo-sustantivo. Foto: José Hernández

El verdadero motor del siglo XXI son los verbos. Hemos de pasar del sustantivo, marca del pasado, a la acción del verbo. En la sintaxis del cambio, debemos de tener presente que la importancia radica en el verbo, porque el sustantivo cambia, no así el verbo, quien muestra la realidad, el impacto en resultados del cambio social.

Nuestro alumnado debe cambiar el proceso para el aprendizaje ajustando su realidad a la realidad que les rodea, ya que éstos pueden aprender por sí mismos, pero necesitan una orientación, la de los docentes, y ahí es donde nosotros debemos de estar preparados para el cambio y para guiarles en su proceso de adquisición del conocimiento. Para que la consecución de este proceso en el alumnado sea satisfactoria debemos de tener presentes los agentes de motivación para el alumnado, como son:

  • Internet.
  • La tecnología cambiará la Educación.
  • Los niños no están suficientemente motivados. Si no cramos tareas motivadoras no hay éxitos.
  • Déficit de atención es voluntario porque, sencillamente, se aburren.

¿Qué debemos hacer entonces? Una combinación que permita involucrar, motivar y apasionar a los alumnos por aquello por lo que sienten verdadera pasión. Si esto se consigue, el aprendizaje irá a la velocidad de un cohete, ya que, en términos de Prensky, más del 50% de las tareas y trabajo cotidiano que se desarrollan actualmente no existían hace apenas una década: wikis, blogs, webquests…. Sobre el alumnado, que es capad de mostrar gran rapidez de aprendizaje a la par que un control sin precisión, debemos de corregir la direccionalidad, puesto que es un talento que hay que aprovechar. Si ellos (los alumnos) son cohetes, nosotros somos los científicos. Hay que investigar para descubrir la realidad.

Y para ello, necesitamos de una mejor pedagogía. En conversaciones con un docente de Estados Unidos, Prensky destaca una frase que es muy significativa: Yo antes enseñaba mi tema, ahora enseño a mis alumnos. En una entrevista parecida con alumnos, destacaba que los niños destacaban que sus profesores hablan y hablan. Y es esta percepción la que debe cambiar de cara al futuro para que el aprendizaje se asiente en unos parámetros colaborativos, colectivos, basado en desafíos y casos que estén orientados al proceso educativo y así conseguiremos una asociación con los alumnos utilizando la tecnología educativa planteando calidad y rigor para así explicar el contexto.

6. Conclusiones

De esta magnífica presentación de Marc Prensky, una idea queda palpable en la consideración del rol docente del siglo XXI:

  • Somos la principal herramienta para educar a la generación más avanzada tecnológicamente hablando.
  • Debemos de preparar lo mejor posible a niños que se enfrentarán a un futuro incierto marcado por etapas formativas superiores, relaciones laborales, etc.
  • Además de leer y escribir, cambiamos el valor del mundo académico digital.
  • El cambio de hoy no es sólo académico sino también actitudinal hacia la misión educadora humana, no sólo académica.

En el análisis tecnológico debemos de secundar unas ideas fundamentales de cara a la consecución del cambio:

  • Apoyar las alianzas entre los niños con el soporte del profesorado.
  • No apoyar sólo la muestra de imágenes y vídeos, sino la interacción que se establece para con el alumnado.
  • El cambio metodológico debe estar arraigado en un cambio metodológico basado en el establecimiento de alianzas entre iguales.
  • No desperdiciar el tiempo en nuevas herramientas que no vayan a aportar mejora a lo que los alumnos puedan aportar mejorando nuestro trabajo. Cobra especial importancia la presencia del vídeo, los dispositivos móviles, los juegos educativos…

Y todo esto se enmarca dentro de un conjunto global de habilidades que nos deben permitir vencer el miedo al cambio. Estas habilidades deben enfocarse a la pasión por lo que enseñamos, a un comportamiento ético, un establecimiento de objetivos esenciales y un pensamiento creativo que fomente la creatividad en nuestro alumnado.

¿Aferrarse al miedo al cambio o aceptar el miedo y el cambio? En este sentido, debemos asumirlo, sentirlo y cambiarlo con un motivo esencial: el mundo de nuestros hijos nos obliga al cambio, empezando por saber qué quieren ellos y cómo podemos/debemos hacer por el cambio.

Referencias bibliográficas

[1] Marc Prensky etiquetó a nativos digitales e inmigrantes digitales a partir de la delimitación de la época y el contexto en el que habían nacido los alumnos. Véase Prenky (2001a y 2001b). En nuestro país destacamos los estudios en materia de nativos e inmigrantes digitales de Cassany y Ayala (2008), García, Portillo, Romo y Benito (2008) así como Ovelar, Benito y Romo (2009).

[2] Posteriormente a su intervención en el Global Education Forum 2010, Marc Prensky, entrevistado por Naiara Galarraga para el diario El País en un artículo en el que se reafirmaba en este planteamiento. Véase (Galarraga 2010).

[3] Recordemos un planteamiento esencial en el cambio docente al que también hicieron referencia Mishra y Koehler (2006) a través del cambio que se producía en el sistema educativo. Mishra y Koeher establecieron que el cambio se podía dar a través de la implementación del modelo TPCK posteriormente ampliado al modelo TPACK.

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Fig 2. Marc Prensky durante su intervención. Foto: José Hernández.

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Fig.3 Marc Prensky en relación a la dicotomía verbo-sustantivo.
Foto: José Hernández

Nota:

Este artículo fue solicitado por Bits en Octubre de 2010 y aceptado para su publicación en Diciembre de 2010. Comité Editor de Espiral.

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