02/03/2015
Índice:
Resumen
Y al principio fue el verbo
E pur si muove
A bonis ad meliora
Errare Humanum est et confiteri errorem prudentis
Sobre la autora: Neus Lorenzo Galés
En un mundo hiperconectado, las habilidades del experto son la comunicación y la gestión del conocimiento. Los aprendizajes fragmentados han dejado de ser útiles, y sólo adquieren relevancia cuando se comparten y se estructuran con los demás. La respuesta no está en saber dominar una habilidad concreta, o un medio de comunicación, o un recurso específico, por moderno que sea, sino en saber viajar entre ellos, haciendo transferencia y transliteralidad continua. Es la transmedia, ese espacio intermedio donde se construye un discurso globalizado por la agregación de mensajes, todo un universo de aprendizaje, de experiencia laboral y de convivencia de futuro. En la escuela debemos tomar una decisión bastante importante: ¿el aula, se convertirá en un territorio de comunicación abierta, para experimentar y aprender con la gestión dinámica de nuevos conocimientos, o nos limitaremos a que siga parcelando contenidos por asignaturas, ajena al cambio de paradigmas del entorno?
Imagen: CYNETART 09 ETP1.jpg by Hochgeladen von Parmon (CC BY-SA 2.0)
Desde las míticas palabras bíblicas "Y al principio fue el Verbo", hasta la teoría del Big Bang (en sus inicios, ya obsoletos y cuestionados, en el sentido de vibración primigenia), nuestro imaginario cultural apunta a menudo al sonido como el origen de todo.
Ciertamente, cuando los primeros sonidos instintivos humanos se hacen palabra oral, se consolida en cada niño este itinerario recorrido por la especie humana a lo largo de siglos de desarrollo de las habilidades comunicativas basadas en la lengua: primero aprendemos a hablar y escuchar y, tras años de estudio, a leer y escribir ...
Modernamente, el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas ha comenzado a poner el énfasis en los espacios intermedios, añadiendo la capacidad de interactuar o dialogar. ¡Qué gran cambio! Esta quinta habilidad reconoce, siguiendo a Vygotsky y Wilkins, la necesidad del otro en la comunicación para que el aprendizaje tenga sentido, confirma institucionalmente la importancia del contexto socializado. Hoy en día, son estos espacios intercomunicativos los que se abren paso en el mundo de la ciencia, para ofrecer zonas de aprendizaje dialógico, de socialización intercultural y de construcción colectiva de conocimiento.
La interacción y el intercambio de ideas genera el flujo comunicativo que da forma a la lengua, al discurso del pensamiento y a la argumentación causal que alimenta el conocimiento. Nadie duda de que la capacidad de interactuar se configura en torno a un conjunto de destrezas diferenciadas, adquiridas en los flujos comunicativos entre los individuos a través de diversos medios. Así pues, ¿por qué impartimos clases interminables donde no habla nadie más que el profesor? Cinco horas al día, cinco días a la semana, diez meses del añ ... ¿Cuántas de estas horas son realmente tiempo de exploración de hipótesis, de aprendizaje experiencial y de intercambio de ideas, sea entre el profesor y el alumnado o entre el alumnado mismo? Es en este proceso de intercambio donde se produce el auténtico aprendizaje colectivo: cuando se comparte con alguien, lo que sabes o deduces, para transformar conceptos, transferir ideas y crear conocimiento. [Fig.1]
Fig 1. La creación de conocimiento es un proceso dinámico de descubierta conjunta.
Ref: The Transformation Society, 2015. http://www.slideshare.net/TransformationSociety/digital-learning-42383558
Aprender conlleva siempre un cambio, una adecuación a la nueva realidad. Se movilizan ideas, creencias, emociones: se crea lenguaje y pensamiento.
El diálogo, el debate y la interacción se construyen dinámicamente en zonas de intercambio: conversación entre amigos, llamadas telefónicas, clases escolares y sesiones extraescolares... El universo narrativo del discurso completo se construye conjuntamente, con la suma de los diferentes mensajes, en una historia transmedia donde los conocimientos (adquiridos en los diferentes fragmentos comunicativos), finalmente se complementan: ¿hemos recogido los artículos de periódico sobre el ébola, hemos leído los tweets que hablan del tema, hemos visto unos videos de hospitales, enfermos y médicos?... ¡Bien! Pero ahora hay que consolidar lo que hemos aprendido, lo que opinamos y lo que aún nos falta por saber -porque tenemos la motivación para querer saber más-, en un blog o una wiki. ¿Hemos explorado el cauce del río haciendo fotografías de las plantas de ribera y grabando los sonidos de los animales?... Pues podemos organizar lo que hemos encontrado, clasificarlo y presentarlo oralmente con la ayuda de un herbario, una maqueta o un vídeo, y compartirlo!
La clave está en practicar el cambio de código, la transferencia, el traspaso de la información analítica a la información sintética, o viceversa, según el contexto y el escenario de enseñanza y aprendizaje que estemos diseñando, entre todos. Trabajar proyectos de exploración de la realidad, en pequeños grupos, es de las mejores maneras de capacitar al alumnado para la navegación en el océano comunicativo de la Transmedia.
En cada contexto concreto, el contenido del mensaje debe conjugarse con las estrategias interpersonal para que se puedan comunicar con éxito. Lo que digo y cómo lo digo tienen la misma importancia, si nos queremos hacer entender. ¿Trabajamos suficientemente ambos aspectos, en la escuela?
Y no podemos olvidar que también es importante “dónde lo digo” ya que ese espacio genera una toma de decisiones que se convierte en estratégica. Las tecnologías han hecho posible diferentes escenarios, canales y medios, añadiendo una complejidad extrema a los llamados Media (medios de comunicación). Lo que hay, el objetivo, no es conocerlos todos, sino saber pasar de uno a otro. Nos iría bien aprender a dominar los diferentes medios de comunicación que utilizaremos a lo largo de la vida y aun sería mejor desarrollar el pensamiento estratégico para aprender a utilizar otros medios, a medida que se descubran o se inventen. Y los descubridores e inventores serán nuestros propios alumnos, si lo hacemos bien. No debemos caer en la trampa de pensar que las mejoras tecnológicas pueden hacer lo que nosotros no somos capaces de hacer como colectivo, ¡no podemos pensar que llegarán soluciones que "nos vendrán" de fuera, por inspiración divina!
Los profesionales del futuro necesitan superar el estudio de destrezas comunicativas básicas aisladas: leer y escribir es esencial, pero no suficiente. Para llegar a dominar estrategias comunicativas complejas que ayuden a la construcción cognitiva, hay que participar en la creación de conocimientos en espacios múltiples: actividades en el aula, tareas en Internet, proyectos integrados en el entorno... Los profesionales del aprendizaje lo sabemos muy bien: el aprendizaje activo se basa en el movimiento físico, el dinamismo del pensamiento y la movilidad intelectual. ¿Por qué nos conformamos con clases estáticas, donde el profesor no se mueve de la pizarra y el alumnado no se levanta nunca de la silla?
Los estudiantes deben ser capaces de habitar el universo de la Transmedia como ciudadanos activos, creativos y responsables. Deben poder recoger información de diferentes canales, soportes o idiomas, para poder acceder al conocimiento experto y de calidad, que se produce en todo y ser participativos: no sólo receptivos, también creativos. Todos ellos deberán explorar las habilidades esenciales para pasar de un texto escrito a una conversación oral, de un vídeo a un ensayo literario, de una representación teatral a un blog, de una serie de Tweets a una propuesta periodística, política o empresarial.
Los dominios tradicionales de las habilidades de expresión o comprensión oral o escrita no se pueden adquirir aisladamente. Deben abordarse desde la realidad que los integra en situaciones, contextos, proyectos y escenarios complejos combinados. Trabajar en la zona de frontera es desarrollar proyectos entre la educación formal (la lección, la clase, la escuela) y la no formal (los cursos extraescolares, los estudios complementarios) e incluso el espacio informal (la conversación con un amigo, la lectura ocasional de un periódico). La escuela tiene mucho que decir, ayudando a crear espacios de construcción de ciudadanía, con actividades de Solidaridad y Voluntariado, con Programas de Aprendizaje y Servicio o Apoyo a la Comunidad. La narración del aprendizaje, en estos espacios combinados, adquiere una autenticidad enriquecida por la diversidad de experiencias y de escenarios para la interacción. La escuela "Hub" o escuela expandida, con escenarios diversificados donde el entorno virtual es un contexto más de relación e intercambio, se convierte en el entorno de aprendizaje del futuro. [Fig.2]
Fig 2. Los espacios diversificados favorecen escenarios de aprendizaje enriquecidos
por el aprendizaje en Transmedia
Ref: The Transformation Society, 2015. http://www.slideshare.net/TransformationSociety/digital-learning-42383558
El mundo laboral demanda profesionales que entiendan los mensajes recibidos por diferentes vías, que sean capaces de valorarlos, contrastarlos y utilizarlos en su entorno profesional. En la escuela, los sistemas de enseñanza y aprendizaje basados en las clasificaciones tradicionales de la lengua siguen fomentando la fragmentación de las habilidades comunicativas, cuando lo que deberíamos hacer es explorar la capacidad de pasar de una a la otra. Debemos aprender a interiorizar y gestionar los contenidos recogidos en diferentes y canales, y reformularlos para crear otros más enriquecidos... ¿Por qué todavía trabajamos en el aula con ejercicios inconexos, descontextualizados y con contenidos parciales, ordenados arbitrariamente en lecciones atomizadas?
Los recursos digitales permiten pasar del texto hablado al texto escrito, o el audiovisual; han mecanizado la traducción entre idiomas; han automatizado la grabación en códigos diversificados; han iniciado la sustitución de interlocutores reales para programas informáticos; están gestionando los datos y la información sin intervención humana; pueden generar gráficas, imágenes, textos y documentos muy diversos, sin una instrucción directa; aparecen datos y representaciones que se intercambian exclusivamente entre máquinas (Big-Data) sin que ningún ser humano tenga que estar pendiente... En estos espacios de intercambio,¿qué es, en realidad, comunicación? ¿Quiénes son los emisores y los receptores? ¿Cómo podemos gestionar los campos de investigación, los espacios laborales y los horizontes de innovación, si seguimos ajenos a su desarrollo?
Los contenidos académicos de conocimiento, que se adquirían en la escuela en discursos lineales y coherentes clasificados por temas, por asignaturas o por disciplinas científicas, ahora nos llegan dispersos, contextualizados en una película, en vídeos de divulgación, en múltiples textos que rompen las fórmulas tradicionales: blogs, tweets, posts, podcats, hangouts o video streaming ... En Transmedia, el canal condiciona el mensaje.
La escuela debe estimular la recogida y selección de la información, el proceso estratégico del conocimiento y la creación de nuevos contenidos a partir de una opinión cualitativa. Y debe hacerlo en este universo de la Transmedia, ayudando al alumno a pasar de un canal a otro, de un espacio presencial a un entorno virtual; de una realidad cotidiana a una disciplina científica; de una comprensión de mensajes simples a una interiorización contextualizada de realidades complejas, para darle fuerza, para que no sea un mero receptor de información inconexa y, a menudo, contradictoria, sino que pueda valorarla, discernir los contenidos, transmitirla y compartirla.
No es suficiente con descubrir y aprender a comunicarse en un medio determinado, sino que hay que habituarse a cambiar de medio de forma ágil y eficiente. Hemos de explorar cómo aplicamos la analogía, la transferencia o la intercomprensión lingüística, cómo recogemos información de un espacio y la transformamos para emitir opiniones o generar ideas en otro espacio con códigos diferentes. Sabemos que hay que abordar los aprendizajes lingüísticos y comunicativos de otra manera y, para iniciar el cambio, hay que reconocer que la escuela no lo está haciendo suficientemente bien.
El futuro de la ciudadanía en el mundo global demanda habilidades de pensamiento crítico y destrezas de transferencia, analogía y síntesis personalizada. El alumno lo necesita, la sociedad también. ¿Puede la escuela quedar al margen?
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Inspectora de Educación
Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya
Sobre la autora:
Neus Lorenzo Galés es Inspectora de Educación, con más de treinta años de experiencia docente en diferentes etapas educativas. Ha colaborado en investigaciones en las áreas de comunicación, lingüística, competencias digitales y liderazgo educativo, y ha impartido formación docente para el diseño de experiencias innovadoras en centros educativos.
Contacto: @NewsNeus <nlorenzo@xtec.cat>
Publicado por: Juanmi Muñoz