18/10/2015
“Muchos adultos se equivocan en su manera de apreciar cómo los niños aprenden con los juegos electrónicos. La idea más generalizada es que esos juguetes hipnóticos convierten a los niños en adictos espasmódicos con menos posibilidades de redención que un tonto. Pero no hay duda de que muchos juegos electrónicos enseñan a los chicos unas estrategias y exigen unas habilidades de planificación que después usarán en la vida. Cuando éramos niños, ¿cuántas veces discutimos estrategias o nos apresuramos por aprender algo más deprisa que los demás?”
Nicholas Negroponte – El mundo digital (p. 242)
Muy a menudo las TIC se conciben única y exclusivamente como herramientas de trabajo o instrumentos de ocio. Esta visión tanto reduccionista de ver las TIC como simples aparatos o cacharros tecnológicos no deja margen para entender que estamos también ante nuevos lenguajes, nuevos códigos y nuevos alfabetos y, sobre todo, de nuevas formas de comunicación, de nuevos escenarios de participación y de nuevos espacios de encuentro y de creación de red social. Se pueden encontrar interesantes presentaciones (http://www.slideshare.com) que explican el fenómeno de la denominada Web 2.0, así como algunos de sus máximos exponentes de recursos web: Flickr, Blogger, Wikipedia, las RSS,... y también descripciones de la evolución que la red Internet en concreto –como máximo exponente de las TIC– ha experimentado en los últimos 10 años.
Resulta interesante remarcar esta evolución de Internet puesto que, como se puede comprobar, Internet como tal no existe si no es por la fuerza, la presencia y la perseverancia de sus usuarios en reinventar día a día el concepto de “compartir y construir” conjuntamente el conocimiento, es decir, la red Internet toma mucho sentido cuando es capaz de crear lazos y vínculos sociales y, sobre todo, cuando se muestra competente por movilizar a las personas más allá también de sus pantallas. Por eso es por lo que, de forma generalizada, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que las TIC también se pueden considerar como el otro “espacio”, el virtual, donde se generan multiplicidad de sinergias sociales entre usuarios que de una u otra forma hubiera sido imposible que se relacionaran o se comunicaran. Y este es el caso del fenómeno de las redes sociales.
Por otra parte, fijémonos en este caso en el éxito de los móviles como ejemplo paradigmático de un aparato que, de una parte, incorporó en su momento un nuevo lenguaje de comunicación –el denominado “sms”– y, por otra parte, como esa misma evolución ha emergido con gran fuerza ya un nuevo espacio de comunicación personal y, en ocasiones muy especiales, de movilización social y o/ciudadana por medio de los grupos de “WhatsUp”.
Una poco de historia...
La historia de las aplicaciones sociales tiene sus inicios en el 2003 coincidiendo con la recuperación de la economía digital (“burbuja de las puntocom”) y a partir también de una interesante teoría sociológica denominada “los seis grados de separación” y analizada preconizada por Duncan Watts. Esta teoría defiende la hipótesis que es posible llegar a contactar con cualquier persona del mundo como máximo a partir de otras cinco personas. Sea como sea, el término red social a Internet tiene el significado de un lugar web que ofrece servicios y funcionalidades de comunicación diversos (blogs, wikis, foros, carteleras,..) para mantener contacto con otros usuarios de la red. Por normal general, las redes sociales son temáticas en el sentido que se dedican a ciertos aspectos de la vida cotidiana (aficiones, relaciones profesionales, música, relaciones de pareja,...). Por su parte y tal y como mencionábamos antes, el factor principal que hace que las redes sociales sean tan populares radica directamente en este aspecto clave de la socialización virtual y en esta posibilidad actual de Internet de generar un sentimiento muy fuerte de pertenencia a una comunidad a partir de servicios y funciones para poder participar en ella y ser usuarios activos.
Facebook, Twitter y Linkedin como los claros exponentes de las redes sociales
En este sentido, Facebook (http://www.facebook.com) es el claro ejemplo de red social genérica dónde los usuarios tienen la posibilidad de mostrarse al mundo y crear su red de amigos y contactos personales con el fin de tener “a todo el mundo conectado” y saber “de ellos en todo momento”. Podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que Facebook representa de alguna manera “el nuevo espacio del cotilleo del siglo XXI”.
En cambio, Twitter (http://www.twitter.com) es una red social o de “microblogging” en la que los usuarios comparten mensajes de menos de 140 caracteres en canales denominados “hashtags” acompañados del símbolo #. El nombre de cada usuario viene precedido por una @ y el acto de enviar un mensaje (tipo “sms”) se le denomina “Twittear” en el que pueden adjuntarse también imágenes o vídeos.
Y por su parte, Linkedin (http://www.linkedin.com) es otra red social, pero con finalidades más de tipo profesional y laboral, donde los usuarios disponen de un ágora para darse a conocer, buscar complicidades profesionales y explorar vías de colaboraciones empresariales y/o comerciales.
Retos, peligros y posibilidades
Como casi todas las herramientas, todos los lenguajes y todos los espacios, las redes sociales mal empleadas y mal entendidas pueden ser fuente de conflicto y confusión. Publicar fotografías sin el permiso expreso de los diferentes implicados en el retrato puede ser un primer ejemplo. De todos modos, las redes sociales nos permiten reencontrar y reactivar antiguos conocidos -a quienes quizás habíamos perdido “la pista”-, tener hilo directo con los actuales contactos personales, así como tener el sentimiento de tener “a mano” y en red a compañeros, conocidos, amigos y familiares.
En definitiva, la tecnología nos vuelve a dar la posibilidad directa de estar muy cerca de aquellos que se encuentran y quizás sentimos muy lejos. Ojalá esta tecnología no nos haga sentir muy lejos de aquellos que realmente se encuentran bien cerca.
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Un artículo del Dr. Miquel Àngel Prats Fernández – @maprats
Profesor titular de tecnología educativa en la FPCEE Blanquerna (URL)
miquelpf@blanquerna.edu – about.me/maprats
Imagen de Pixabay. CC0 Public Domain
Publicado por: Juanmi Muñoz